9 de marzo de 2017

Mujer, no nos compliques más las cosas

Como ya sabéis, ayer se celebró el Día internacional de la Mujer Trabajadora. Teniendo la jornada el objetivo general de simbolizar la lucha por la igualdad personal y profesional de la mujer. 
Especialmente en la actualidad, con las ventajas de rápida difusión que nos ofrecen las redes sociales, el 8 de marzo es un día ampliamente conocido y guarda un significado especial...entended que, con lo de especial, no me refiero a los envíos de múltiples imágenes con "rosas chillones" vía whatsapp o facebook, sino a la invitación que se nos hace para reflexionar sobre el verdadero sentido de dicho día, es decir, sobre los logros obtenidos hasta la fecha y todo aquello que nos queda por andar para que alcancemos una situación real de igualdad.
Antes de sumergirme en el aspecto que hoy me ha inspirado a escribiros, me gustaría aprovechar la ocasión para contaros algo que llevo tiempo queriendo aclarar, pues aún son muchos los hombres y mujeres que se indignan a la vez que dicen eso de: 
-Y para los hombres ¿no hay día?-
-porque yo opino que igualdad no va a haber hasta que no haya un día para ellos también-.
Como muchos aún no sabéis (supongo que por el motivo de que ellos no han tenido la misma necesidad de alzar la voz que nosotras) sí existe un Día internacional del Hombre ¡jajaja! ahora estoy intuyendo alguna cara de asombro, curiosidad e incluso incredulidad...está bien, para quien no me crea invito a que ponga en su buscador habitual la siguiente fecha "19 de noviembre" y observe el segundo resultado. ¡Exacto! ya tenéis vuestro día, chicos ¡salid a celebrarlo! :)

Dicho esto, querido equipo, entremos en materia.
Hoy no vengo a hablaros sobre todas las carencias y dificultades que aún nos vemos obligadas a solventar de forma diaria (escasez de mujeres en puestos directivos, precariedad en las contrataciones, acoso, discriminación, falta de conciliación de la vida laboral con la familiar y un larguísimo etcétera), como tampoco he querido volver a enumerar los logros más importantes que se han dado en los últimos 100 o 200 años (ya todos sabéis que podemos votar, divorciarnos, conducir o estudiar en la Universidad).
Hoy quiero hablaros de estereotipos, etiquetas...no solo de los que una parte masculina de la sociedad (que conste que no incluyo aquí a todos los hombres) nos ha impuesto desde tiempos inmemoriales; sino de los que nosotras mismas asumimos, orgullosas incluso, casi sin darnos cuenta. Muchos de ellos, incluso los promovemos.
Ayer, entre las muchas imágenes que recibí contribuyendo a colapsar la galería de mi móvil, hubo una que me atrajo sobre el resto y no de forma positiva. En ella, la autora desconocida (y digo autora basándome en que, al pie de la foto, ponía entre exclamaciones un ¡¡porque todos los días son nuestros!!) aprovechaba para felicitar el 8 de marzo a través de varios adjetivos, siendo estos: soñadoras, atrevidas, COMPLICADAS, apasionadas, lindas e inteligentes.
¿Adivináis, por las mayúsculas, en qué palabra centré mi foco de atención?

Diccionario de la Lengua Española, 2005.
Complicado, da (del verbo complicar):
1. Adj. Enmarañado, de difícil comprensión: problema complicado.
2. Compuesto de múltiples piezas: aparato complicado.
3. Persona cuyo carácter y conducta no son fáciles de entender: es muy complicado, nunca se sabe qué es lo que va a decir.
Sinónimos de complicado: dificultoso, embromado, enrevesado, jodido, jorobado, lioso, puñetero, rebuscado, retorcido...

Mujer, no nos compliques más las cosas, no contribuyas al estereotipo, no eches piedras sobre nuestro propio tejado.
¡Ojo! no estoy diciendo que la señora que ha compuesto la imagen lo haya hecho con mala intención, más bien pienso todo lo contrario. Sin embargo, en su afán de reivindicar nuestros derechos a su manera (como yo lo hago hoy, pudiendo gustar a más o menos gente lo que digo; y en acuerdo o desacuerdo de quienes leen el post) no se ha parado a analizar esta etiqueta que resume lo que (también desde tiempos inmemoriales) se ha venido diciendo a través de la siguiente expresión:
"A las mujeres no hay quien las entienda, tendrían que venir al mundo con un manual de instrucciones".
¿Manual de instrucciones?
¿Qué te crees que somos? ¿aspiradoras? 
Poniéndome como ejemplo, no creo que sea tan difícil entender mis necesidades y temores. Tampoco creo que mi carácter sea complicado...lloro cuando quiero llorar, río cuando quiero reír, soy todo lo sincera que puedo ser y, en caso de enfadarme, pocas cosas me irritan tanto que no puedan volver a hacerme sonreír a los cinco minutos. 
Hablo tu mismo idioma y, además, soy bastante comunicativa...si no entiendes lo que te digo no creo que sea mi problema. Si no estás de acuerdo en algo, o te asaltan dudas sobre lo que digo ¡vuelve a preguntarme! soy lo suficientemente paciente como para volvértelo explicar con otras palabras, o incluso con ejemplos...pero no te vuelvas (sin solicitarme que te aclare las dudas) dándome a suponer que entendiste todo lo que te dije, y comentes lo de ¡cualquiera las entiende!.
No me considero una persona puñetera, jodida, ni retorcida (recordemos que son sinónimos de "complicada"). Las puñeterías, jodiendas y retorcimientos varios son todos los obstáculos que nos han impedido e impiden avanzar al mismo ritmo que los hombres a lo largo de la historia. 
No pretendemos superar a la población masculina, ni demostrar ser más resistentes o inteligentes (respecto a esto último se ha demostrado que las diferencias son cualitativas, no cuantitativas). Solo queremos contar con los mismos derechos que ellos. Solo pretendemos alcanzar, como dije al principio, la situación real de igualdad.

¿Sabéis qué es lo más triste de todo? que entre nosotras no nos apoyemos...
Que excluyamos a la que se maquilla demasiado o se acuesta con más hombres que el resto.
Que al hablar con una chica homosexual pensemos que estamos provocando un deseo irresistible en ella que nos impedirá ser amigas alguna vez.
Que cuando nos incorporamos a una empresa y observemos que la jefa sea una mujer, automáticamente pensemos que es una puñetera (léase "complicada"), o que ha llegado ahí por enchufe o realizando favores sexuales al director. Lo de los méritos propios, quienes piensan así, ni se lo plantean.
Que defendamos a ultranza que la mujer tiene que estar en casa, con el plato calentito de lentejas sobre la mesa, cuando el hombre llega de trabajar.
Y otro largo etcétera...
¿Os animáis a empezar cambiando la situación desde nuestros propios pensamientos, desde nosotras mismas?

Mujeres y hombres, educad a vuestros hijos en valores, sin distinciones. No fomentéis la discriminación y la desigualdad entre las futuras generaciones. Evitemos que los niños y niñas crezcan pensando que lo correcto es lo que dicen señores (por no llamarlo de otra manera) como Korwin Mikke (eurodiputado polaco que hace unos días expresó que las mujeres debemos ganar menos porque somos inferiores). Vamos a promover, entre todos, una sociedad justa e igualitaria. 
Sé que con personas comprometidas PSIQUE PODEMOS conseguirlo.

No olvidéis que este domingo, por ser el segundo del mes, tenemos cita en la sección "tú psique opositas" ¡Os espero!
Hasta entonces, pasad un estupendo fin de semana, equipo.

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