17 de marzo de 2017

Dime cómo educas a tu hijo, y te diré quién eres. 10 beneficios de la lectura en los niños

Cae la noche, me relajo al fin, un libro entre las manos, felicidad...de repente viene a mi mente la escena de la que fui testigo hace solo un par de días e intuyo en mi cara una tímida sonrisa.

El invierno tiene los días contados y la primavera, revoltosa, ya anda haciendo de las suyas. Mis primeros síntomas de alergia me advierten que ya está llegando la estación de las flores, por tanto, toca ir al hospital para prevenir gran parte de las molestias que poco tardarán en volverse casi insoportables.
En la sala de espera hay bastantes padres, madres y pequeños esperando su turno para entrar a consulta con Fátima, alergóloga. Inevitablemente pienso ¡pobrecillos! Les habrán dicho que van a pintar números en sus diminutos bracitos, pero seguro que no les han mencionado lo que picará la espera...de repente hay algo que capta mi atención: el niño que llegó al lugar formando más escándalo, interrumpiendo a sus padres mientras trataban anunciar su llegada a la recepcionista y haciendo otras trastadas, era el que más tranquilo y relajado se mostraba respecto a los demás, que no estaban tardando en alterarse, impacientes, por ver quién les esperaba tras la puerta.

No tuve que pararme a observar en profundidad cuál era el motivo de tal diferencia, pues hubieron dos detalles objetivos que pusieron la respuesta a la vista de todos aunque, desgraciadamente, no creo que el resto de padres estuvieran pendientes de lo que allí estaba sucediendo ¿por qué será tan fácil fijarnos en lo negativo que sucede a nuestro alrededor, y nos cuesta tanto observar ejemplos positivos de conductas que podríamos introducir en nuestra forma de comportarnos?
No mantengo la intriga por más tiempo y os cuento las dos conductas positivas que observé en estos papás:
-En primer lugar, cuando Nico (así se llama, según oí, el niño en cuestión) irrumpió de forma impulsiva entre sus padres y la recepcionista, no reinaron las voces ni se observaron caras de enfado.
Sus padres cruzaron una mirada de complicidad y, mientras él se quedaba hablando con la chica, ella sentó a su hijo sobre sus rodillas y le explicó, pacientemente, que su actuación no era la adecuada. Tras la pequeña conversación, le dijo que si tenía dudas al respecto se las preguntara. A esto último, Nico le preguntó con gesto de curiosidad ¿lo que he hecho es de mala educación?, su madre respondió afirmativamente y, lo más importante, le dijo qué es lo que debe hacerse cuando se quiere decir algo pero los mayores hablan. 
Hay que hacer entender a los niños qué no hay que hacer, pero también qué cosas están permitidas. Los pequeños no nacen sabiendo, debemos ir educándolos en valores y habituándolos a lo que consideremos qué es lo adecuado.
Si reprimes una conducta pero no le dices qué debe hacerse a cambio, no estarás enseñando, sino reprimiendo...es decir, NO HABRÁ APRENDIZAJE.
-En segundo lugar, haciendo honor al nombre que define este rincón "PSIQUETECA", pude ser testigo (una testigo feliz, muy feliz, dicho sea de paso) del objeto que la madre del chico sacó de una mochila con el fin de amenizar la espera. Si bien el 100% (juro que no exagero) del resto de niños tenía un móvil o tablet entre las manos, Nico escuchaba con atención una de las aventuras encerradas en el libro que su mamá sostenía entre las manos.
Curiosamente, era el único niño que parecía no aburrirse o impacientarse con la espera. Curiosamente, también, era el único con ilusión en los ojos mientras realizaba la actividad. 
¿Otra curiosidad? mientras su madre leía, Nico enlazaba sus deditos entre las manos de ella, y abrazaba con su otro brazo el cuello de su papá, sobre el que estaba sentado.

¿Aún te estás pensándo lo de poner un libro en la mochila de tu pequeño cuando vayas a salir de casa? Si tu respuesta es "Sí", mira esta imagen donde te enumero algunos de los beneficios que este hábito puede acarrear en tu hijo:

No digo que no pongas nunca un móvil en las manos de tus hijos, al fin y al cabo estos aparatos forman parte de la evolución tecnológica. Pero sí te digo que controles su uso y fomentes otros hábitos que, tristemente, se están perdiendo y no deberían.
Creo que no quedan muchas cosas por decir ¿verdad, equipo?
Ahora dime ¿qué tipo de padre o madre estás dispuesto a ser? 

Mientras disfrutáis del finde y yo quedo a la espera del jueves para que volvamos a vernos, no olvidéis que cada uno de vosotros PSIQUE PUEDE promover valores entre los niños, y qué mejor que hacerlo a través de la lectura ¿no?
¡Buenas noches, equipo!

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