16 de febrero de 2017

Resistiendo la caída ¡Permítete vivir!

No hay nada que hacer. Es jueves y en unas horas está anunciado el post semanal, el equipo que has motivado durante meses espera que llegue la noche y pulses el botón naranja en el que pone "Publicar".
Has tenido una semana difícil (más que eso) y las musas te han hecho la jugarreta de dejar tu mente en blanco, por si ya no estabas resistiendo la suficiente presión...ahí va ¡una dificultad añadida! (y de las gordas).
Normalmente tienes preparada la entrada unos días antes. La estructura, diseño, corregidas las posibles incongruencias o palabrejos raros (que debes cambiar por otros que expresen mejor lo que quieres decir)...TODO está listo para el ansiado jueves (tu día favorito de la semana desde que empezaste a dar forma a la idea que hace tiempo te rondaba la cabeza: TÚ PSIQUE PUEDES)...pero esta vez está sucediendo absolutamente todo lo contrario. No has encontrado el momento, ni la inspiración, para desarrollar ninguna de las decenas de ideas y temáticas sobre las que tienes pensado escribir. A tu equipo tienes que darle contenido de calidad, y hoy no lo tienes.
Para colmo, se ha terminado el café a media mañana, te ha empezado a doler el estómago y estás de contracturas hasta los dientes. No has podido salir a correr y, por si fuera poco, te dan ganas de llorar con todo (reprimiéndolas...lo cual, lejos de aminorar tu pequeño caos, lo agrava).

Vuelves a sentarte, ordenador en las rodillas, la casa con olor a café (que se acabó, pero tú vuelves a hacerlo y listo), ibuprofeno sobre la mesa (rara en ti la medicación, sucediendo lo contrario con los remedios naturales, pero hoy necesitabas que tus enemigos se convirtieran en fuertes aliados)...todo en silencio, al menos por un par de horas. Piensa en tu equipo: ¿qué les gusta? ¿qué querrán oír hoy? y, lo más importante, ¿qué necesitan?

Es entonces cuando caes en la cuenta y piensas "puede que no sea el post perfecto para mí, pero sí para quienes esperan con ganas la publicación..." y te pones a escribir, empezando con nada, terminando con el TODO que supone haber comprendido la lección que las musas te tenían preparada esta semana...


¿Cuánto tiempo llevo sometida a tales niveles de estrés que no podías permitirte caer?
¿Cuánto ha sido el tiempo que llevas sin descansar lo suficiente?
¿Cuántas veces has sentido que caías, que el corazón te latía pidiendo a gritos una tregua, pero no lo has escuchado?
No estoy diciendo que en ese periodo no te hayas sentido cómoda, ni tampoco que no hayas disfrutado haciendo lo que amas (escribir, formación, proyectos, en definitiva...mucho trabajo). Solo te pregunto ¿cuánto tiempo te reprimiste en el camino, con tal de no disminuir tu rendimiento?

Entonces caí en la cuenta de vuestra necesidad, de la mía: cuando sentimos que la caída es prácticamente inevitable, no solo no debemos poner total resistencia, sino que debemos permitir que suceda. Intenta no dejarte atrapar por el miedo o lo negativo de la situación. Tampoco te levantes como si nada. Mejor plantéate, para que puedas aprender de lo ocurrido, ¿qué factores han contribuido a mi bajo rendimiento y mi agotamiento? ¿qué lección extraigo de todo esto?

No todo es positivo, fácil y llevadero. No todo son sonrisas, ni palabras amables o motivadoras. Yo, como tú, también pienso que no puedo en numerosas ocasiones...
Soy una persona más, inundada por decenas de emociones que continuamente andan dándose la espalda o la mano (según les convenga, amanezca el día o mis niveles hormonales determinen). La cuestión es que solo yo soy dueña de dichas emociones, de cómo salga de las situaciones a las que me enfrenten (caprichosamente, o no), el destino, la vida o las casualidades.

Hoy he querido dejarme llevar por lo que mis dedos y mi corazón ha decidido ir definiendo con letras
mediante un teclado. No solo porque en un principio no supiera acerca de qué iba a escribiros hoy, sino porque en mi mente siempre tuve claro que debía transmitiros una importante idea...SEA CUAL SEA LA SITUACIÓN EN LA QUE TE ENCUENTRES, TRATA DE JUGAR LAS CARTAS A TU FAVOR PARA SALIR FORTALECIDO DE ELLA.
No te culpes por ver reducidos tus esfuerzos o resultados, cuando anteriormente has recorrido el camino al 200%.
No te castigues por tener ganas de llorar, por creer que no sirves para hacer algo en un momento dado...analiza qué factores te han llevado a ello (sobrecarga de tareas; falta de descanso; situaciones externas que han restado tiempo a tus obligaciones; o haber dejado de lado aspectos vitales como el pasar momentos de calidad en familia) y, ahora que los tienes, no te presiones y tómate un tiempo para resolverlos (si no puedes hacer dos cosas a la vez, haz una pero bien; duerme y disfruta de tu familia; entiende que a veces debemos aparcar tareas por ciertos contratiempos y que todo seguirá estando ahí cuando puedas retomarlo).

¡Permítete vivir! No todas las emociones son positivas o neutras, las negativas también forman parte del juego de estar vivos. Cuando lleguen las malas rachas, los escritos sin musas, las noches de insomnio, las mañanas sin café, la presión del tiempo en el reloj, tu resistencia a caer...recuerda que, aunque en un principio no lo creas ¡si quieres, finalmente PODRÁS! porque TÚ PSIQUE PUEDES y este lema no ha surgido de la nada o de días de sol...sino del aprendizaje extraído en el anochecer de días grises.

¡Nos leemos mañana, con el estreno de la nueva sección PSIQUETECA!
Posdata: Cruzaremos los dedos, esperando que las musas nos acompañen.

¡Buenas noches equipo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario