17 de febrero de 2017

"En el País de la nube blanca"

¡¿Cómo estamos hoy, equipo?!
¡Qué bien poder tener dos encuentros seguidos con vosotros en una misma semana!
Sé que estoy rompiendo algunos planes en vuestra apretada agenda, pues ya no solo estáis pendientes de las publicaciones de los jueves, sino que el segundo domingo de cada mes hemos empezado a adentrarnos en el mundo de las técnicas de estudio e historias de valientes opositores, así como el tercer viernes de los 12 meses del año dejaremos un rato para la lectura (que tan necesaria y mágica es) como veis en este recién estrenado rincón llamado PSIQUETECA. Venga, va…reconoce que estas dos citas mensuales no restan demasiados minutos a tu reloj ¡Todo lo contrario! Las ventajas pueden ser gigantescas y tu motivación y energía te lo van a agradecer.
¿PSIQUETECA? Te preguntarás en qué consiste y no tengo la menor intención de dejarte con dudas. Este nuevo y acogedor espacio (puedes imaginarme junto a una chimenea, o en la hamaca de una playa paradisiaca…donde prefieras siempre que estés dispuesto a trasladarte conmigo) está hecho con el objetivo de fomentar la lectura y ampliar conocimientos, así como la calidad de vuestros ratos de ocio y descanso.
Si bien guardo en la recámara reseñas sobre libros de motivación, coaching, recursos humanos, orientación laboral y emprendimiento; no pueden faltar aquí grandes trilogías y volúmenes que han cambiado mi visión y forma de mirar las cosas (que no es lo mismo que verlas) porque el aprendizaje es fundamental, pero la lectura por el puro placer de leer puede ser uno de los máximos respiros de paz en nuestro día a día.
Sé que con el ritmo de vida actual no tenemos demasiado tiempo para dejarnos llevar a otros lugares con un libro entre las manos. Pero ¿y si esta semana intentamos, al menos, leer 20 minutos diarios? Resérvate ese tiempo solo para ti, concéntrate en las sensaciones y emociones que afloran con la palabra escrita, sumérgete en un mundo que puede transportarte a Australia o galaxias lejanas con la lectura de un solo párrafo, saborea un café o infusión mientras lo haces y permítete relajarte tras un estresado día. Desde ya te aseguro que tu calidad de vida aumentará perceptiblemente…y es que pocas cosas hay como poder dedicarse tiempo a uno mismo. El día cuenta con 1440 minutos, yo solo te estoy pidiendo 20.
¿ESTÁS PREPARADO PARA COMENZAR A HACER COSAS SOLO POR TI? Entonces, quédate conmigo, que te presento la primera obra maestra.


Todo comenzó el 5 de enero de 2012. Entre los míos la tradición es la de entregar los regalos de Reyes la tarde de la cabalgata, justo cuando la pasarela de luz, caramelos y papelillos de color pasa bajo el balcón de la casa de los abuelos. Después, la segunda parte de la tradición exige que vayamos (vestidos con nuestra mejor sonrisa) repartiendo y recogiendo los paquetes que los de Oriente hayan podido ir dejando a lo largo del recorrido en las casas de otros seres queridos.
Entonces lo vi. Creo que ya me enamoré, sin saber qué título lo bautizaba, al ver la forma rectangular del paquete que contenía el regalo “Para Marta” junto a la chimenea de un buen amigo de la familia. Era grueso (como a mí me gustan los libros, pensé, porque me dan a entender que encierran tanta historia…). Entonces lo abrí y, justo después de revisar el título “En el País de la nube blanca” y nombre de la autora “Sarah Lark”, fui directa a leer el resumen de la parte trasera intrigada por lo que encerraban sus páginas. Las palabras que me quedaron grabadas desde el primer momento fueron: amor, odio, confianza y enemistad; dos fuertes personajes femeninos; la Nueva Zelanda colonial del Siglo XIX…DESTINO, en una tierra comparada con el paraíso.
Al siguiente día, estrenando también mantita y taza, comencé a dejarme llevar. Quien bien me conoce sabe que uno de mis mayores sueños es el de conocer Nueva Zelanda y Australia, su cultura, paisajes, la pluralidad de su gente y costumbres, los pajarillos “kiwi”, y el temor por tener que escapar corriendo y gritando mientras huyo de uno de los extraños y brillantes insectos que habitan en el lugar (algún contra tenía que tener el paraíso...sobra decir que estoy dispuesta a pagar ese precio y echar alguna carrerita por la zona).
En el País de la nube blanca es una novela que cautiva y absorbe. Si bien la historia se desarrolla en Nueva Zelanda, su lugar de partida es Londres, zarpando desde allí el barco con Gwyneira y Helen a bordo, los dos personajes dominantes en la historia, en torno a los cuales comienza a girar la trama y a crecer la familia que, más tarde, dará mucho de qué hablar en los otros dos libros que componen la trilogía. Cabe decir que, aunque Gwyneira tiene mucho más peso que Helen en la trama, esta última hace apariciones estelares y aporta giros dramáticos a la novela.
Mientras más iba leyendo, más me gustaba. En mi humilde opinión (con el respeto y admiración que hoy hago público hacia la gran Sarah Lark) yo hubiera obviado algunas descripciones sobre el ganado de ovejas, ya que resultaban curiosas, pero en ocasiones algo largas. Pese a ello (es el único contra, sin demasiado peso, que pongo a la obra) la lectura es fluida, amena y el manejo de emociones de los personajes se acerca bastante a la realidad…al tiempo en que lo certero se entremezcla con la aventura y el drama que hacen que no puedas dejar de leer, creando la necesidad de seguir “bebiéndote” la trilogía al completo y otros escritos de la autora.
Lo que más destacaría son las descripciones al milímetro de cada personaje, los paisajes y acontecimientos, haciéndote creer que formas parte del escenario porque, te aseguro, que te sumerge en él conforme avanzas. La novela refleja una época en la que se rozaba la explotación laboral en numerosas ocasiones, así como el comercio de mujeres como “moneda de cambio” mediante acuerdos matrimoniales con el fin de poblar una tierra prácticamente desconocida por aquel entonces. La búsqueda de la oportunidad fuera de nuestra zona de confort, la necesidad de emigrar, la reinvención y lucha por permanecer siendo uno mismo al tiempo que la situación te obliga a transformarte, la construcción de un futuro (con mayor o menor suerte) donde no solo juega un papel fundamental lo material, sino también lo emocional… ¿por qué diría que te suena todo esto? LA HISTORIA SE REPITE ¿verdad?
Antes de que comiences esta fantástica aventura que, dicho sea de paso, me ha dejado las expectativas tan altas que ya pocas novelas me seducen…quisiera aclarar otras críticas que he leído por la red, con las cuales discrepo. Si bien hay personas que dicen echar de menos una mayor profundidad en la descripción de la cultura Maorí, es porque muy probablemente se han quedado en esta primera parte y no han continuado con la saga. En el País de la nube blanca se pone el énfasis en la historia de los colonos británicos que partieron hacia Nueva Zelanda. Sin embargo, en La canción Maorí nos adentramos en la historia de quienes habitaban en el lugar antes de que los colonos llegaran rompiendo su orden y costumbres, suponiendo El grito de la tierra un nexo entre las dos anteriores historias.
¿Basta con leer solo la primera parte? Sí, aunque el final aumentará tus ganas de querer saber cómo continúa. Al fin y al cabo, UNA HISTORIA SE COMPONE DE SUS DIFERENTES FRAGMENTOS…¡Déjame adivinar cuáles serán tus próximos tres libros! ;)

Ahora sí ¡Feliz fin de semana, equipo!

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