12 de enero de 2017

Correr lento, avanzar más....8 pasos para llegar donde te propongas

¡Buenas noches, equipo!

¿Habéis definido ya vuestro plan de acción para 2017?
¿Os habéis puesto manos a la obra para conseguir las metas que visualizáis cada mañana?
¿Habéis empezado a comer sano y a ir al gimnasio?

Como podéis observar, hoy vengo preguntona y algo enfadada...y no, no tiene nada que ver con la taza de café con leche hirviendo, y llena hasta el borde, que he derramado en la sala de estar de casa esta mañana...bueno, vale, un poco sí.
Definitivamente, lo que más me enfada y cansa son aquellas personas que creen que te hacen un favor cuando llegan con la cabeza alta, los hombros erguidos, la sonrisa a un lado, un paquete de donuts de chocolate en una mano (de los que vienen rellenos de más chocolate) y diez tickets para gastar en copas este sábado...para no variar respecto al fin de semana anterior. 
Gente a la que respeto profundamente, pues desde que tengo uso de razón soy de la opinión de que cada uno ha de hacer lo que le venga en gana, siempre que lo haga desde la más absoluta libertad y convencimiento y siempre que, por supuesto, no haga daño o perjudique a nadie que no haya prestado su consentimiento. ¡OJO! no estoy diciendo que comparta determinadas acciones, pensamientos, actos u omisiones. Solo creo que en la tolerancia y el respeto se encuentra la base de todo, o casi todo.

Aclarado lo anterior, de estas personas lo que me cansa no es su estilo de vida, hábitos de alimentación o falta de práctica deportiva (me repito...cada cual allá con el uso que hace de su cuerpo). Lo que me molesta y me pone los nervios de punta (como diría mi madre) es que, tras esta actitud altiva que describí al inicio del post, se crean con el derecho de decirte que estás LOCA, OBSESIONADA o ENFERMA (entre otras joyitas) porque te gusta ir al gimnasio, correr (que sí, que el running está de moda, pero en mi pueblo siempre ha consistido en ponerte un chándal más bien gastadillo y salir a CORRER), hacer senderismo los domingos o preferir gastar el dinero que te sobra a fin de mes en conocer lugares nuevos, comprar un libro u homenajearte con un almuerzo de los que quitan el hipo, o lo producen, según se mire (sí, cuido mi alimentación y mis rutinas, pero también sé lo ricas que están las patatas fritas y esos donuts rellenos...precisamente porque he aprendido a encontrar el equilibrio de las cosas), en lugar de invertirlo en irme de copas al mismo bar de siempre, escuchando la misma música de siempre, discutiendo sobre las mismas cosas de siempre, con la misma resaca dominguera de siempre. De eso ya tuve edad, ahora lo hago muy esporádicamente y, créanme, HOY SOY MUCHO MÁS FELIZ QUE ANTES.

Lo soy porque he aprendido a controlar y gestionar mi tiempo, a dar un mayor valor a las cosas que nos rodean (por muy pequeñas que sean), a divertirme viviendo aventuras mientras me pierdo en una ciudad desconocida de otro país (por empeñarme en visitar una playa secreta y tener que caminar 16 kilómetros a la vuelta hacia el hotel, porque también me empeñé en invertir el dinero que me quedaba para el autobús en tomar un café mirando hacia el mar...al fin y al cabo, placeres de la vida).
También he descubierto mis pasiones, a qué quiero dedicar el resto de mis días, he reconocido quiénes son mis personas favoritas (a las que quiero mantener cerquita) y me he atrevido a decir en voz alta que ¡SOY OFICIALMENTE UNA RUNNER!
¿He dicho runner? Vale...yo también me dejo llevar por estas modas de vez en cuando. 

No es lo mismo hacer pesas en el gimnasio, bailar sobre un step, dar puñetazos y patadas a un saco de boxeo o montar en bici...todas estas variedades deportivas me encantan, pero el running se me atragantaba de forma que siempre buscaba alguna excusa (para decirme a mí misma) con el objetivo de ponerme a otra cosa y dejar lo de correr como un pato mareado, colorado y sudoroso para otros y otras.
No entendía cómo a la gente le gustaba hacer algo con lo que sientes que vas a expulsar las amígdalas por la boca...pero ya sí ¿quieres conocer mi SECRETO? Sigue leyendo, pronto verás la meta que persigo al contarte todo esto.

Como casi todo lo que me propongo en la vida, el mayor secreto para alcanzar mis metas ha sido el siguiente:


Ahora dime, del 1 al 10 ¿cuánto crees en tu capacidad para encontrar el trabajo que mereces, aprobar con plaza la oposición, correr más de 3 kilómetros sin parecer que vas a morir, vivir como realmente quieres...?

No importa si el nivel en el que te posicionas es bajo, creéme, yo también me puse un 1 en algo, alguna vez. Incluso hoy, al principio de enfrentarme a nuevas situaciones, justo en ese momento donde nacen los miedos, me pongo números bajos. Lo que debe prevalecer es que, con la práctica y la maleta de la confianza cargada al hombro, te dispongas a andar el camino, a escalar la montaña, que poco a poco te irá aproximando al sobresaliente y alejando esos temores.

Ahora sí, hemos llegado al punto en que te cuento cómo he pasado de no correr más de 500 metros seguidos, a marcarme carreritas de unos 7 kilómetros por las mañanas (sin parar, excepto por algún ataque de "caloret" que me obligue a frenar unos segundos para quitarme la sudadera) que no son demasiado, pero a mí me suponen mucho. Al punto en el que te cuento por qué tus avances respecto a la búsqueda de empleo, aprobar ese examen, superar ciertos temores o ponerte en tu peso saludable (aquí todo vale) tienen mucho que ver con la importancia de aprender a correr lento.



PASO 1. VISUALIZA TU OBJETIVO FINAL DE FORMA DIARIA.
Debes decirte, cada mañana, con qué excusa vas a quedarte en la cama o, por el contrario, qué motivo te mueve las tripas para conseguir despegarte de las sábanas y empezar el día con el pie derecho.
En mi versión runner novata, cada día visualizo los 10 kilómetros de carrera que me he propuesto. Empecé por medio kilómetro, voy por 7 ¿crees que podrás?
Visualiza las lágrimas de emoción que llorarás cuando tengas la plaza. Eso, y los saltos que darás, serán fiel reflejo de tanto esfuerzo y sudor, del sacrificio que supone prepararte una prueba de tan grandes dimensiones.
Imagina lo feliz que serás cuando descuelgues el teléfono y te digan que has encontrado el trabajo que tanto has luchado. En tu búsqueda activa de empleo has hecho más de 16 entrevistas sin resultados aparentes (excepto por el aprendizaje acumulado, que ya es decir), empapelado medio mundo con tu curriculum (adaptado a cada oferta), preparado inglés, ampliado formación...todo por esta llamada que, te aseguro, llegará.
Sea cual sea lo que te has planteado conseguir, levántate cada mañana y avanza hacia allí ¿cómo?...

PASO 2. PLANIFICA PEQUEÑOS ACERCAMIENTOS.
...¿me preguntaste cómo? te doy parte de la respuesta: organiza avances progresivos hacia tu meta. Despacio, proponte retos medibles, que no hagan que te rindas, sino que te den esa motivación diaria para continuar.
Si un día corro 2 kilómetros seguidos (con visible esfuerzo), al otro sería una barbaridad querer correr 4 de golpe...pero sí puedo proponerme 500 metros más ¿estás de acuerdo?.
Si de media sueles estudiar 3 temas y ves que el tiempo juega en tu contra, al otro día no te plantees aprender 7 porque, al final, lo único que conseguirás será pillarte un cabreo y autocastigarte por no haber logrado lo previsto ¿no será mejor estudiar 4? a un tema más por día, ya es un avance importante...y luego 5, 6, ¡7!
Lo mismo cuando buscas trabajo. En la actualidad envías el mismo curriculum a todas las ofertas que ves (ya sea "de lo tuyo" o de dependiente para trabajar en una librería). A partir de mañana, empieza a enviar unos cuantos documentos menos, pero MODIFICA según lo que busca cada empresa. Eso sí, hazlo con orden y meditadamente, anotando en un listado aquellas organizaciones para las que quieres trabajar, y no trates de modificar el curriculum 20 veces en el mismo día, o acabarás cansado y tirando la toalla hasta que se te olvide. Mejor ponte en contacto con dos o tres empresas cada día, y envía un contenido de CALIDAD. 

PASO 3. ESTUDIA QUÉ PUEDES ESTAR HACIENDO MAL Y MODIFÍCALO.
Si empiezo a correr sin calentar, acabo sin hacer estiramientos, comienzo la carrera demasiado deprisa, no me hidrato (o lo hago en exceso), voy más pendiente de no doblarme un pie que de la actividad en sí misma, miro el móvil cada dos segundos a ver cuánto avanzo y al otro día, llena de agujetas, quiero correr del tirón 2 kilómetros más...mal vamos.
Si aplicas ofertas a lo loco, si no te preparas las entrevistas...si estudiando te centras en detalles irrelevantes, no haces los simulacros o te mientes a ti mismo respecto a los avances...mal vamos.
Tómate tu tiempo, coge papel y bolígrafo, y anota todo lo que te está impidiendo hacer las cosas bien. Después, ofrece una alternativa a cada error y prueba a seguir el nuevo método. PUEDE QUE ESTO TE HAGA "PERDER" MEDIA MAÑANA, PERO TE HARÁ GANAR TIEMPO Y CALIDAD EN LOS RESULTADOS PARA EL RESTO DE LA CARRERA.

PASO 4. CORRE LENTO, PISA FIRME.
Al comenzar mi aventura runner me centraba demasiado en los tiempos. Quería hacer cada kilómetro en menos de lo que canta un gallo y eso, querido equipo, es complicado para quien nunca ha corrido. Es como querer empezar la casa por el tejado. Primero había que trabajar la capacidad, más tarde la velocidad...
Cuando observé este error y lo modifiqué, empecé a ver verdaderos progresos...y tú ¿has empezado por la base o poniendo las tejas de este nuevo proyecto?

PASO 5. CUIDADO:  CUESTA ABAJO.
No gastes tu energía cuando vayas cuesta abajo y las cosas se pongan fáciles. Aprovecha y reserva tu fuerza para que, cuando la cosa se complique, tu rendimiento sea mucho mayor. Aprende a ser la hormiga y no la cigarra del cuento.
Si os dijera cuánto me ha ayudado este paso para avanzar hacia mi objetivo...

PASO 6. DISFRUTA EL CAMINO.
No te tortures. Todo llega, todo pasa, nada permanece...no vas a quedarte para siempre como estás ahora, aunque no puedas verlo. Pero, mientras estás en este punto, recuerda que vas a tener una única vida, por eso cólmate de la sensación de hacer las cosas bien hechas, del aprendizaje que estás adquiriendo, del momento en el que te das cuenta que alguien se alejó de tu vida porque no le gustaba que te encerraras a estudiar las 24 horas, o de quien se apartó porque ya no tenías dinero para salir al no tener trabajo...al fin y al cabo, se fueron para dejar hueco a otras personas que tienen mucho más peso en tu vida.
Llegados a este paso entendí que haya gente a las que les guste correr aunque parezcan patos, tomates o amigdalas andantes...la sensación al terminar es MARAVILLOSA.

PASO 7. PREMIA TUS ACERCAMIENTOS.
Al final del día o de la semana, recompensa tu esfuerzo. Esto te dará energía para poder afrontar tus tareas una semana más
Cómete un helado, haz alguna excursión, lee un libro que te guste porque sí, sal a tomar un café con tus amigos, cómprate ese jersey tan bonito o dedícate a estar todo el domingo patas arriba en el sofá ¡Te lo mereces!

PASO 8. SABOREA EL TRIUNFO FINAL, PERO NO TE DUERMAS.
La carrera continúa, the show must go on...si conseguiste plaza o tu trabajo, da lo mejor de ti. Si adelgazaste y ahora estás saludable, trata de mantenerte. Si corriste 10 kilómetros, ahora querrás hacer 15.

Sea cual sea tu meta, recuerda, ESTO ES UNA CARRERA DE FONDO EN LA QUE NO GANA EL MÁS RÁPIDO, SINO QUIEN ENTRENA SU CAPACIDAD PARA LOGRAR RECORRER UNA MAYOR DISTANCIA. 
¡Tú Psique Puedes!

¡Hasta el próximo jueves, equipo! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario