17 de noviembre de 2016

Lo que no ves. 6 consejos para comunicar con acierto

¡Psss, psss! Ey tú, sí, tú...quien está delante de la pantalla ¿quieres que te cuente un secreto?
Bien, sí que quieres ¿verdad?
Allá voy: ¡¡EL SUELO DEL METRO BRILLA!!

Has leído bien, no creas que estoy en una especie de trance o que me he vuelto un poco "turulata". No sé tampoco desde dónde me lees, puede que en tu ciudad el suelo del metro no tenga esta ¿peculiaridad? No importa, si no coges habitualmente el metro de Sevilla u otro cuyo suelo brille ¡no pasa nada! Esto no es imprescindible para que veas el trasfondo de la publicación que empieza en 3, 2, 1...¡Acción!

Estaréis de acuerdo conmigo en que una buena comunicación es sumamente importante cuando nos encontramos en búsqueda de empleo o cuando ya lo hemos encontrado (¿qué sería, por ejemplo, del trabajo en equipo sin comunicación?), así como en una multitud de situaciones cotidianas más. Pero también estaréis de acuerdo en que la atención juega un papel fundamental en todo este proceso ¿no es así?

Recientes estudios han demostrado (tomad nota) que la capacidad de comunicar es la habilidad más valorada por los empleadores en el trabajo, ahora bien, antes hay que llamar la atención, destacar sobre el resto de cosas que tengamos alrededor y, una vez hecho esto, mantenerla ¿cómo? COMUNICANDO verbal y gestualmente.
Sigue leyendo, que te cuento una serie de consejos para llamar la atención mientras comunicas en las entrevistas de trabajo u otros contextos. ¡Por cierto! no me olvido...en unos pocos minutos te cuento cómo termina lo del suelo brillante del metro.

1. Enfatiza las palabras que consideres más importantes dentro de tu discurso.
2. Incluye preguntas que, bajo tu intuición, puedan generar en la otra persona deseos de participar en la conversación. A todos nos gusta sentir que nos tienen en cuenta ¿verdad?
3. Trata de conseguir que tu discurso no resulte monótono. Para ello, varía el volumen y el tono de voz...no querrás que se te duerman ¿no?
4. Transmite coherencia en tus ideas. Es decir, si te encuentras en una entrevista y comentas que no tienes problemas para viajar y cambiar de residencia, no pongas cara de susto si un rato más tarde la persona que te está entrevistando te comenta que el puesto a cubrir es en la Manga del Mar Menor siendo tú de Mérida. Mi humilde opinión, y conste que no soy la única persona que sabe algo de procesos de selección que piensa así, es que en este tipo de preguntas hay que responder con la máxima sinceridad...en este sentido no hay respuestas buenas o malas, solo puestos de trabajo que se ajustan, o no, a expectativas...sé sincero contigo mismo, saldrás ganando.
5. Ajusta lo que dices a quien te está escuchando. Dí la verdad, no le hablas igual a tu abuelo, que a tu primo el de tres años, tu jefe o, incluso, tu mascota. Sí, admito hablar con animales, a veces siento que me prestan mayor atención ¿será porque te miran a los ojos y no entorpecen la comunicación desviando la vista hacia una cosa llamada teléfono móvil?
6. ¿Sabías que prestamos más atención a aquellos mensajes que provocan emociones en nosotros? Por esto mismo ¡SONRÍE! Si lo haces, molas mucho más y lo sabes.

¡¡EL SUELO DEL METRO BRILLA!! 
Curioso, he logrado activar tu atención al principio del discurso con una simple frase, te he comunicado lo que pretendía que conocieras hoy y he mantenido tu curiosidad hasta aquí solo por saber la historia que ahora te traigo...te la ganaste, ahí va:

Esta tarde he tomado el metro como tantos otros días, iba cansada y tenía muchas ganas de llegar a casa (especialmente porque se acercaba la  hora del café y quien me conoce sabe que esta bebida, en mí, es una necesidad).
¡Menudo lío! pensaba.
Mil proyectos en la cabeza que esperan ansiosos tomar forma, yo que soy más ansiosa aún...¡vaya! encima de todo, con las miles capas de ropa que me he puesto para evitar el frío, apenas puedo doblar el codo.
Suena el móvil, abro el bolso mientras bajo corriendo las escaleras porque el vagón de metro que me lleva al aparcamiento donde tengo el coche sale en 1 minuto, no era mi móvil sino el de una señora que me pisaba los talones...bueno, ya que estoy respondo algunos WhatsApp mientras camino (puedo hacer dos cosas a la vez). STOP, no te distraigas ¡corre!
Subo al vagón, me meneo cual ameba para evitar caer cuando el conductor arranca, veo un asiento libre a lo lejos y llego a él con visible esfuerzo...tanto que no sé si me parezco más a uno de los personajes de juego de tronos superando obstáculos para alcanzar su objetivo, o Mario Vaquerizo hasta arriba de cervezas tambaleándose con las sacudidas al coger las curvas.
En fin, logro sentarme y mi mirada se pasea victoriosa por todos los presentes.
¡Qué horror! nadie se ha dado cuenta de mi hazaña, absolutamente todos revisan sus dispositivos móviles aunque, mirándolo por el lado bueno, si me hubiera caído tampoco se habrían dado cuenta ¿o tal vez sí?
Es ahí, justo cuando mi imaginación empieza a divagar e inventarse historias por cuenta propia, cuando veo que el suelo hace juego con mis nuevos zapatos de charol. 
¿Cuántas veces he mirado el suelo del metro? Decenas.
¿Cuántas de estas veces miré que tenía matices brillantes? Las mismas veces que he mirado hacia el suelo, así que decenas.
Vale, pero ¿cuántas veces lo miré y logré verlo? Ahí me has pillado ¡solo una!

Puede que pases cientos de veces por el  mismo lugar, puede que mires cada día a la misma gente una y otra vez, pero ¿has logrado verlas?
Puede que tengas delante la oportunidad de tu vida y que, por más que la estés mirando, no la veas. Puede que el suelo del metro hoy haya decidido brillar con más fuerza aunque lo pisoteen diariamente...o puede que yo haya abierto mis ojos para ser partícipe de la magia en lo cotidiano
Ha sido entonces cuando he tomado la decisión de no apagarme nunca, de transmitir luz y energía para quienes deciden verme y no solo me miran...para quienes ven lo bonito que hay en mí, aunque hayan días malos en los que me sienta pisoteada.
Hoy he querido transmitirte una simple historia más de un día cualquiera de mi vida...porque sé que tú también eres capaz de hacer ver a los demás la magia que hay dentro de ti, solo tienes que creer en ella para permitir que el resto del mundo admire lo que eres capaz de hacer y conseguir.

Cree en que TÚ PSIQUE PUEDES, de hecho, yo ya diviso tu luz.
No olvides sonreír la próxima vez que subas al metro y mires al suelo ;)

¡Buenas noches!

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